Búsqueda de Orígenes

 

Es fácil que surjan conflictos entre personas que se conocen porque conviven o comparten algo,  es posible que esos conflictos se resuelvan a través de la mediación como método alternativo sin necesidad de llegar a un procedimiento judicial.

 

Es muy alto el riesgo de que surjan conflictos entre personas que no se conocen o no se recuerdan, porque el miedo a lo desconocido hace casi imposible la comunicación entre ellas, porque es habitual que la motivación y las expectativas de una parte y la otra sean tan diferentes que resultan casi contrarias, porque ambas partes tienen diversidad de necesidades y derechos y casi sus recursos o posibilidades son casi opuestos.

 

La mediación sirve para facilitar el equilibrio de posibilidades, teniendo en cuenta las necesidades y los derechos de cada parte, para indagar sobre su motivación y expectativas de forma que pueda compartirse la información que cada parte está dispuesta a facilitar de forma que ambas partes puedan ver satisfecha su necesidad y su derecho, sin que ninguna de las partes resulte especialmente perjudicada y puedan disfrutar de haberse encontrado gracias a la voluntariedad, la confidencialidad y la flexibilidad del proceso de mediación.

 

En cualquier proceso de mediación la confidencialidad es una característica fundamental, y en la búsqueda de orígenes suele ser la clave del proceso para que ambas partes puedan ver cumplidas sus expectativas, porque casi siempre hay una parte que busca, porque tiene derecho a saber, y otra parte que espera no ser buscada ni encontrada, porque tiene derecho a la intimidad, y cuando ambos derechos entran en conflicto hay posibilidades de que ambas partes resulten perjudicadas, y con la mediación en búsqueda de orígenes se busca y se suele conseguir el punto de equilibrio entre los derechos de las dos partes, de forma que ambas puedan disfrutar en primer lugar de saber, si es posible también de uno o varios encuentros y si todas la partes quieren y pueden incluso de una relación a largo plazo, acordando las bases de la misma de forma común.

 
Una vez que se han conseguido los datos de la/s persona/s buscada/s, ya sea tras un procedimiento judicial, con los servicios de un detective privado y/o en su caso tras una prueba de ADN, empieza el verdadero proceso de búsqueda de orígenes, llega el momento de tomar decisiones sobre qué hacer con esos datos, cómo y cuándo hacerlo, cada persona necesita un tiempo más o menos largo para decidir qué hacer con los datos. Casi todas las personas después de su periodo de reflexión decide usarlos y buscar. Y casi todas las personas buscadas y encontradas después de una primera fase de negación suelen aceptar la intervención de la persona mediadora y se dejan acompañar.

En nuestra intervención como mediadoras en búsqueda de orígenes primero acompañamos a la persona que busca y después a la persona o familia encontrada, haciendo mucho hincapié en que el objetivo de la búsqueda es completar la historia vital y familiar, por un lado encontrar las piezas que le faltan al puzzle de una persona que fue acogida o adoptada, completar una identidad, por otro lado saber que fue de la descendencia que no se quiso, no se pudo, no se supo o no le permitieron criar, en definitiva ser más felices, de dejar de sufrir por la incertidumbre de no saber, o por el peso de los secretos que a veces es demasiado.

La mediación en búsqueda de orígenes puede tener varias fases, dependerá de lo que las partes quieran conseguir o puedan consentir.